viernes, 11 de julio de 2014

UNCo entre las universidades públicas con alumnos que no aprueban más de una materia al año


Capital Federal - El titular del Centro de Estudios de la Argentina, Alieto Guadagni, advirtió que hay universidades nacionales que presentan niveles de graduación académica muy escasos y citó el caso de la Universidad Nacional del Comahue (Río Negro-Neuquén) con el 52 por ciento, cuyos alumnos no aprobaron más de una materia después de un año gracias -entre otras razones- a un permisivo régimen que facilita que un alumno deba aprobar sólo dos asignaturas por año para seguir siendo considerado como "regular" e incluso se presente a rendir examen todos los meses del año excepto uno pero porque es el del receso veraniego en enero. Jujuy está al tope del ranking con 73 por ciento, Salta 61, Misiones 58, Patagonia Austral 57, Formosa 54 y General Sarmiento de la provincia de Buenos Aires por 51 por ciento.
Del escaso nivel de graduación el informe indica también que la Universidad Patagonia Austral gradúa apenas 4 cada 100 ingresantes, Jujuy 8, Comahue 15, Formosa 10, San Juan 12, Tucumán 13.
Guadagni, explicó que en los países avanzados, más de la tercera parte de la población juvenil está obteniendo un título universitario. Australia lidera todas las naciones con más de la mitad de la población juvenil con graduación universitaria. Además, recordó que en las naciones más prósperas y serias, quien no quiere o no sabe estudiar, se dedica a capacitarse en tareas que requieren menos esfuerzo intelectual. Y en países en los que no se tolera la vagancia cuando ésta termina generando delitos, la Justicia -mediante las normas del poder legislativo y las impulsadas por el poder ejecutivo- se encarga de poner cierto orden imprescindible para evitar la descomposición social, mientras el Estado -sea comunal, provincial o nacional, según el caso- exige a ese ciudadano -mayor o menor de edad- que se ocupe de hacer provechosa su vida, no sólo para él como individuo sino para no convertirse en un peligro social. En tal sentido, recordó Guadagni, es oportuno revisar cualquier archivo de muy valiosas sentencias foráneas, porque éstas persiguen los mejores métodos de reparación del daño ocasionado, aún de faltas menores.
En América Latina, Cuba, Puerto Rico, Panamá, Chile, México y Venezuela registran un nivel de graduación universitaria por encima del 20 por ciento de la población juvenil. Según la UNESCO, la graduación universitaria argentina es muy baja, ya que apenas llega al 12 por ciento de esta población, mencionó el reconocido especialista en educación.
“Lo notable y concreto es que tenemos muy baja graduación académica y demasiada alcohólica, a pesar de tener muchos estudiantes universitarios que no saben qué hacer de sus vidas. En proporción a nuestra población, tenemos muchos más estudiantes que casi todos los países latinoamericanos. La explicación de esta contradicción (“muchos estudiantes y pocos graduados”) es que entre nosotros terminan sus estudios académicos en las universidades estatales apenas uno de cada cuatro ingresantes, mientras que, por ejemplo en México, Brasil y Chile se gradúa más de la mitad de los ingresantes”, dijo Guadagni.
“¿Y por qué se gradúan pocos estudiantes en nuestras universidades? Las cifras del propio Ministerio de Educación de la Nación nos indican que son muchos los estudiantes que no aprueban materias al ritmo que corresponde del ciclo lectivo que cursan. Es preocupante constatar que nada menos que el 44 por ciento de los estudiantes universitarios no aprobó más de una materia después de un año”.
Agregó: “Hay universidades argentinas que presentan niveles de graduación muy escasos, por ejemplo, en las siguientes universidades no aprobaron más de una materia después de un año esta considerable cantidad de estudiantes: Jujuy 73 por ciento, Salta 61, Misiones 58 , Patagonia Austral 57, Formosa 54, Comahue 52, General Sarmiento de la provincia de Buenos Aires, 51 por ciento”.
“La autonomía universitaria es un logro importante de la reforma de 1918, pero las universidades estatales deben asumir su responsabilidad y realizar un esfuerzo para elevar la graduación académica y disminuir el ocio -fundamentalmente alcohólico pero no el único- pero siempre sin regalar calificaciones. Este objetivo también debe ser exigido con rigor desde la escuela inicial y media, como sucedía en la Argentina hasta fines de la década del setenta. La población realmente instruida y aún la que no lo es, es la que siempre financia con sus impuestos la educación pública desde el ciclo inicial hasta el universitario y por eso, debe recuperar -de mínima- la certeza que sus aportes están bien administrados por las autoridades escolares y académicas, pues, de otro modo, nos aguardan muchos años más de decadencia absoluta con muy democráticas pero pésimas elecciones -entre otros graves asuntos- de las que surgen ignorantes autoridades políticas: ejecutivas, legislativas y hasta judiciales, con la agravante de la subsistencia y el crecimiento exponencial de la corrupción en un cuadro público cada vez menos divertido de enorme hipocresía e impunidad protagonizado por quienes intervienen directa o indirectamente en acciones públicas y/o privadas que afectan al bien común, y entre estos actores existen grupos privados que financian campañas claramente demagógicas con tal de hacer jugosos negociados”, destacó el ex secretario de Energía de la Nación. "Eso sí -advirtió el especialista- la única autoridad que debe exigir este tipo de cambio, no proviene tanto del campo político actual que sobrevive feliz y sin apremios populares desde hace 30 años -campo que parece un limbo pero que en realidad no lo es- sino que es responsabilidad casi absoluta de todas las agrupaciones cívicas. La ciudadanía mejor educada, la que aún nos queda, con el acompañamiento de la menos ilustrada -siempre que los integrantes de ambas franjas sean honestos y quienes no, sean castigados con rigurosa severidad- que constituyen en verdad una mayoría decepcionada pero muy cómoda y egoísta en nuestra rica nación, debe militar o volver a hacerlo una vez por semana cuanto menos, pero para exigir a sus autoridades partidarias que hagan cumplir a rajatabla los postulados y objetivos de campaña que deben ser presentados públicamente con un organigrama y un calendario concreto de vencimiento sin posibilidad de prórroga alguna. En tal sentido, hay que sustituir -voto mediante- a unos pocos inútiles si los comparamos con una silenciosa mayoría más o menos virtuosa -para que estos practicantes impunes de la pervertida viveza criolla, vuelvan a sus oficios o profesiones del campo privado- para dar lugar, reitero, para -precisamente- incluir en lugar de excluir, a una enorme cantidad de gente muy buena, de auténticos valores republicanos, dispuesta a hacer bien su patriótica tarea en representación de la que no puede hacer cada ciudadano por sí mismo pero de manera temporal y nunca más -como hasta ahora- servirse eternamente de la Patria".    

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