lunes, 21 de julio de 2014

“El mapa mundial de la ceguera es el mismo de la pobreza y la injusticia”


Ricardo Hernández, militante del Movimiento Peronista Auténtico y Director del Centro Oftalmológico "Dr. Ernesto Guevara"
Lunes 21 de julio de 2014, por Katy GarcíaEquipo de Comunicación del Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación de Córdoba (Cispren-CTA)
http://www.agenciacta.org
El Centro Oftalmológico “Dr. Ernesto Guevara” sede del programa Operación Milagro en Argentina funciona en la Clínica Junín de la ciudad de Córdoba y trabaja para achicar esta brecha. Desde 2009 lleva realizadas 4350 cirugías que corrigieron cegueras producidas por enfermedades prevenibles.
A diez años del lanzamiento del programa Operación Milagro desarrollado en América latina y el Caribe, África y China, 2.601.881 personas han sido operadas de manera gratuita en 34 países en el mundo. Más de 45 mil son argentinos.
En Córdoba, la segunda provincia del país, funciona desde 2009 el único Centro Oftalmológico que hasta ahora lleva realizadas unas 4350 cirugías.
En el tercer piso de la Cooperativa Clínica Junín, empresa recuperada por los trabajadores, están los quirófanos y consultorios del emprendimiento solidario creado por Fidel Castro y cuya puesta en marcha se inciciara el 10 de julio de 2004. Allí desempeña sus tareas un equipo conformado por médicos cirujanos, clínicos y epidemiólogos, enfermeros y administrativos.
“Es una injusticia que una persona pudiendo ver esté ciega. Porque se trata de patologías comunes y progresivas, sencillas de resolver por cualquier cirujano oftalmólogo”, afirma el sanitarista, ex funcionario de salud y director del centro Ricardo Hernández.
En diálogo con Prensared el profesional repasa los comienzos y avances del programa que tiempo atrás celebró los 10 años de existencia en el mundo.
Motorizado por el gobierno de Cuba y a partir de la Fundación Un mundo mejor es posible que coordina los programas cubanos Yo sí puedo de alfabetización y Operación Milagro orientado a devolverle la visión a miles de ciudadanos en el mundo, en diciembre de 2006 se concretó el primer viaje a Bolivia que contaba con dos centros de atención en Yacuiba y Villazón.
En aquél momento el intendente de la ciudad era Luis Juez y Hernández el subsecretario de Salud. Tras la finalización de este periodo el programa tuvo continuidad pero asomaba la idea de adecuar la relación costo beneficio. En 2007 se suma la Cooperativa Junín al proyecto aportando las instalaciones.
La centralidad geográfica y otras razones históricas, emotivas y políticas tales como la estadía del Che Guevara durante su infancia en Alta Gracia, la visita del líder de la Revolución Cubana en 2006 -junto a Evo Morales y Hugo Chávez- colaboraron para que el 8 de octubre de 2009, se concrete la apertura y primera operación. “Córdoba se constituye en un lugar estratégico para montar este primer Centro Oftalmológico al que bautizamos doctor Ernesto Guevara. Y de ahí no paramos más”, recordó Hernández.
Desde aquél momento un equipo de salud conformado por cirujanos, clínicos, epidemiólogos, enfermeros y administrativos han realizado más de 4350 cirugías.
El Centro recibe pacientes de 16 provincias en su mayoría de Córdoba. “Tenemos operados de unas 180 localidades y trabajamos con municipios que se han puesto este programa al hombro y colaboran con los estudios, los traslados y a veces con donaciones que se usan para la compra de insumos”, contó. En tanto que con otras comunas como Río Cuarto, Río Seco, Deán Funes, Alejandro Roca y otros han firmado convenios de asistencia.
También articulan acciones con organizaciones como el Movimiento Campesino que se encarga de realizar la pesquisa de enfermos en la zona rural.



Mil por año

En relación a la pesquisa epidemiológica de pacientes explica que generalmente se realiza de dos maneras: pasiva y activa. En el primer caso “les ha llegado información que circula de boca en boca y espontáneamente deciden concurrir a este lugar” y en el segundo “se ha puesto en marcha un método característico de las misiones cubanas dirigido a buscar al paciente (en el territorio) antes de que la pérdida de calidad de vida sea un sufrimiento”.
El sistema de salud argentino –que no es universal- incluye una amplia oferta de prestaciones ofrecidas por la medicina privada, las obras sociales y prepagas y la Salud Pública. Pero las dificultades en el acceso sea por demoras burocráticas o políticas restrictivas permiten que la ceguera se expanda. El problema alcanza a los hospitales públicos que aun cuando cuentan con recursos suficientes no están operando.
En este sentido Hernández destaca un dato revelador. “El estado nacional provee insumos para operar dos mil pacientes por año. Comparado con nuestro presupuesto que es acotado estamos operando mil casos por año, es decir la mitad. Obviamente hay alguna dificultad que no conocemos porque la mayoría de los hospitales cuenta con capacidad instalada, pero no se hace”, amplió.

Pobreza y ceguera

El programa que comenzó siendo financiado ciento por ciento por el gobierno de Cuba con el tiempo y a través de la fundación se está logrando que los propios argentinos “nos hagamos cargo de nuestras cosas, aunque siempre será una obra vinculada a Cuba y a los países del Alba”, señala el profesional.
Sobre este punto valora la solidaridad de los estados y de las instituciones “en un tema tan sensible y estremecedor como este”. Y cita una premisa lanzada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que expresa: “De todos los ciegos que existen en el mundo, el 80 por ciento no debería serlo porque se debe a patologías curables. Hay ciegos por cataratas o porque nunca se controlaron enfermedades de base como el glaucoma o la diabetes”. Y acota: “Si nosotros trabajáramos en la prevención tendríamos un 80 por ciento menos de ciegos en el mundo. Porque de todos los ciegos que existen el 90 por ciento está entre los países pobres. El mapa mundial de la ceguera es el mismo de la pobreza y la injusticia”.
No es difícil comprobar este contraste que está a la vista en esta ciudad mediterránea. Una enorme oferta de servicios privados en lujosas casonas y barrios residenciales cubren la demanda de un sector social con alto poder adquisitivo.
Mientras tanto Operación Milagro avanza. “No le pedimos a la gente un certificado de pobreza para operarlo. Eso es algo indignante. La salud debe ser universal, accesible y de calidad para todo el mundo. En eso creemos y nos comportamos de esa manera”, afirma.

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